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Alcira Castillo, Anolaima, Avenida de los Granados, Barranquilla, Bogotá, Camargo, Carlos Honorario Solis Bulgarín, Colombia, Cundinamarca, Daniel, Dioselina Hernández, Ecuador, El Batán, Elisabeth Telpes Sánchez, Esperanza Panqueva, García Moreno, Geovanny Arcenio Noguera Jaramillo, Gorgona, Jaime Rodríguez, Jorge Chávez, la Mesa, León XIII, Llana Consuelo Jaramillo Lopera, Los Andes, los Ríos, Manglares, María Alexandra Vélez, Mercado Sur, Monstruo, Nobol, Pedro Alonso López, Quevedo, Quito
Volvemos de nuevo al continente americano para hablar de nuestro protagonista, pero esta vez no al norte sino al sur, concretamente a Colombia.
Nacido en la Mesa (en otros lugares aparece como nacido en Anolaima, ambas pertenecen al departamento de Cundinamarca) un 22 de enero de 1930 Daniel tuvo una infancia muy complicada, con tan sólo un año de vida su madre Teresa fallece y poco después su padre Daniel se vuelve a casar con otra mujer más joven llamada Dioselina Hernández. Esta mujer sufría de infertilidad lo que le provocaba una obsesión enfermiza y frustrada por tener una niña. Estos problemas psicológicos hicieron que se fijara en el pequeño Daniel obligándole a ir vestido como una niña al colegio entre las burlas de sus compañeros, también se cuenta que le castigaba clavándole alfileres. Su padre no sólo no hacía nada para evitarlo sino que entre borrachera y borrachera le propinaba graves palizas acompañado de su tío. Con 10 años fue enviado por su padre a Bogotá para continuar sus estudios convirtiéndose en un alumno destacado en el colegio Salesiano León XIII de Bogotá. Es en esta época donde desarrolló algunos hábitos que le acompañarían más tarde, se sentaba durante horas en los bancos de los parques observando a niñas. Se centraba en sus piernas y fantaseaba con su virginidad, símbolo de pureza. Con 16 años dejó los estudios y se puso a trabajar como vendedor ambulante para ayudar económicamente a su familia.
Lo que estaba tratando era convertirme en una mujer. Puede ser que no me odiara, puede ser que me amara, pero no me podía amar como un niño
En los años siguientes conoce a Alcira Castillo con la que comienza una relación sentimental llegando a unirse en matrimonio en 1960. Fruto del matrimonio nacen un niño y una niña, por fin parece que Daniel ha encontrado la paz olvidando el infierno de su infancia. En 1967 ese infierno vuelve a su mente cuando descubre a Alcira con otro hombre, una mujer volvía a hacerle daño. Piensa que todos los males de su vida son causados por mujeres y ese odio se vuelve en el motor de su vida. A partir de este momento sólo deseará mujeres vírgenes porque son mujeres puras.
Tuve el deseo de hacerle daño, de vengarme, de destruirla, de hacerle alguna cosa a ella y no al tipo, porque pensaba que de todas maneras si el tipo le había propuesto algo, la culpable era ella
Aún así, tan sólo un año después conoce a otra mujer llamada Esperanza Panqueva, Camargo se plantea el matrimonio creyendo que Esperanza es virgen, pero al poco tiempo no sólo descubre que no lo es sino que le pilla en la cama con otro hombre. Otro golpe en la mente de Daniel y otra vez por culpa de una mujer «impura». Pero esta vez Daniel aprovechando el sentido de culpabilidad de Esperanza por haberlo decepcionado comienza a manipularla.
Por no encontrar virgen a mi prometida, con la que me iba a casar. Yo no fui capaz de dejarla, porque estaba locamente enamorado. Había momentos en que yo decía ‘Sí, yo la dejo’, pero otros no era capaz, porque realmente estaba enamorado. Esto dio por resultado que, como yo no había tenido experiencias con mujeres vírgenes, y al mismo tiempo era incapaz de dejar a, esa muchacha…, yo acepté como lo más correcto que ella me ayudara a conseguir unas chicas que estuvieran vírgenes
Esperanza aceptó el trato a cambio de no abandonarla, el modus operandi consistía en que Camargo se hacía pasar por guardia de seguridad en centros comerciales y acusaba a las niñas de entre 10 y 12 años de robar amenazándolas con llamar a sus padres. De repente, aparecía Esperanza compadeciéndose de las niñas y ganándose su confianza para llevarlas al apartamento de Camargo, una vez allí les ofrecía bebidas con seconal sódico (Esperanza trabajaba en una farmacia de Bogotá) disuelto para adormecerlas, una vez dormidas aparecía Daniel y las violaba. De esta forma abusó de cinco niñas, no llegó a matar a ninguna pero la última despertó y descubrió que había sido violada, su familia denunció y tanto Daniel como su pareja fueron encarcelados. Corría el año 1968 y Camargo cumplió condena durante los siguientes 5 años, durante ese tiempo se juró que nunca jamás ninguna niña saldría con vida.
Nada más salir de la cárcel se traslada a Brasil pero ese mismo año es detenido y deportado por situación ilegal. Se instaló en Barranquilla y se dedicó a vender televisores de segunda mano. El 3 de mayo de 1974 se cruzó con una niña de nueve años llamada Llana Consuelo Jaramillo Lopera que le cautivó, la convenció para ir a una zona apartada y allí la violó y estranguló. Ni escondió el cadáver ni se llevó los televisores que llevaba y se dejó en el lugar de los hechos, al día siguiente fue detenido y condenado a 25 años en la prisión de la isla de Gorgona (una especie de Alcatraz).
Durante su tiempo recluido en la isla no perdió el tiempo, era un hombre inteligente y se dedicó a estudiar navegación, las corrientes marinas y los cambios climáticos. El 23 de noviembre de 1984 Daniel Camargo escapaba de la isla subido a una balsa que había construido (en otras versiones se encontró la balsa y se subió sin pensárselo dos veces), navegó durante tres días sin alimentos ni agua en un mar infestado de tiburones. Las autoridades al enterarse de la fuga realizaron una leve búsqueda pero rápidamente lo dieron por muerto por inanición o ser pasto de los tiburones. Los medios de comunicación no tardaron en hacerse eco de la muerte del también conocido como » el sádico del Charquito», lo que hizo que la población se relajara.
Milagrosa e inesperadamente Camargo no murió y consiguió llegar hasta las costas de Ecuador. Se encontraba en un nuevo país donde no estaba en busca y captura por lo que era una nueva oportunidad de satisfacer sus placeres más ocultos. Tras conversar con un hombre originario de Naranjal que le comentó que nunca había sido inscrito en el Registo Civil, Daniel Camargo Barbosa cambió su nombre por el de Carlos Honorario Solís Bulgarín consiguiendo una partida de nacimiento usurpando la identidad del desconocido. Malvive en las calles de Guayaquil principalmente por la zona del Mercado Sur cargando bultos en el mercado.
Su ansia por niñas «puras» no tardó en aparecer y el 18 de diciembre de 1984 haciéndose pasar por un pastor evangélico asesina a una niña de nueve años en la ciudad de Quevedo y tan sólo dos días después desaparece otra niña en la zona rural de los Ríos. Durante los primeros días del mes de enero de 1985 empiezan a aparecer cuerpos de niñas y mujeres jóvenes brutalmente asesinadas tras ser violadas, generalmente en la vía Perimetral, en la vía Nobol y en la Avenida de Los Granados de Quito. Al mismo tiempo en esa época por la zona de Guayas operaba también una banda de violadores y secuestradores de niñas que dificultaba aún más el trabajo de la policía ecuatoriana. El año 1985 fue un año de psicosis colectiva en la sociedad ecuatoriana.
A finales de 1985 se unió a la investigación el psiquiatra Dr. Bonilla León. Aconsejó publicar tres retratos robots falsos en la prensa exponiendo la identidad de los tres asesinos y violadores de la zona para que el verdadero autor se relajara y bajara la guardia cometiendo un error. El 26 de febrero de 1986 una patrulla de la policía de Quito que se encontraba por la avenida de Los Granados se cruzó con nuestro protagonista, inmediatamente sospecharon de él y le dieron el alto. Camargo portaba un maletín por lo que los agentes sospecharon que debía de haber cometido un robo pero nunca imaginaron lo que encontrarían al abrirlo. Estaba lleno de ropa de niña totalmente ensangrentada, acababa de cometer su último y definitivo asesinato, una niña de nueve años llamada Elisabeth Telpes Sánchez. Inmediatamente fue detenido y recluido en la cárcel de Guayaquil.
María Alexandra Vélez, una chica que pudo escapar de Camargo testificó y reconoció al violador y asesino de niñas y jóvenes. En los interrogatorios dio diferentes versiones de sus actos, incluso llega a inventarse el nombre de dos personas como autoras reales de los asesinatos, Jorge Chávez y Jaime Rodríguez. Pero el 31 de mayo de ese mismo año reconoce ser el autor material de 71 asesinatos y violaciones (algunas fuentes cifran el número de víctimas en alrededor de 150). La zona de actuación de este asesino alcanzaba diferentes provincias como Loja, El Oro, Cañar o Cotopaxi además de Guayas y Pichincha.
En 1989 es trasladado al Penal García Moreno donde los primeros días compartió celda con otro asesino serial colombiano, Pedro Alonso López alias “El Monstruo de Los Andes”, autor de otros 300 asesinatos de niñas y jóvenes.
El 13 de noviembre de 1994 Daniel Camargo Barbosa es asesinado en el penal por otro preso, Geovanny Arcenio Noguera Jaramillo. Geovanny era familiar de una de las víctimas de Camargo, le apuñaló ocho veces y le cortó una oreja. Su cuerpo se encuentra sepultado en la fosa 798 de la necróplis «El Batán» en Quito.
Esa lesión orgánica en su personalidad anormal de por si compulsiva a la violencia sexual, fue el factor de mayor importancia para el desencadenamiento de su conducta criminal. (…) A esta lesión está ligada la exacerbación erótica que traía consigo como expresión de psicopatía. (…). La inhibición y la excitación tenían un mismo punto de partida. Esto, en una personalidad psicopática de base genética, con las circunstancias conocidas, le permitió vivir marginado, solitario. (…) Su orgullo patológico y su nivel de inteligencia de 116, superior a la media moral, le facilitó mantenerse alejado por conveniencia