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Baidar, Batu Kahn, Crakovia, Enrique II el Piadoso, Hospitalarios, Hungría, Kadan, Kiev, Liegnitz, Militia Christi, Polonia, Riazan, Rusia, Silesia, Subotai, Templarios, Teutónicos, Walstadt, Wenceslao de Bohemia
Han pasado varios años de la muerte de Genghis Kahn, los temidos mongoles están comandados por su nieto Batu Kahn y no, no han perdido las ansias de conquista… El año 1237 el ejército mongol se dividió en dos, Batu Kahn se dirigió a Riazan aprovechando que los ríos estaban helados conquistándola sólo cinco días después. Subotai, su jefe militar,se dirigió a atacar la capital religiosa de los rusos, Kiev, pasando a manos de los mongoles. Ante esta situación los principados del norte no tuvieron más remedio que rendir vasallaje por lo que Rusia entera pasó a estar bajo el control de Batu Kahn.
Una vez Rusia conquistada, sus miras se dirigieron al oeste, concretamente hacia el Imperio Magiar. Pero para llegar hasta Hungría primero debían atacar Polonia para así proteger su retaguardia. No les costó mucho y el domingo de Ramos de 1241 el ejército norte dirigido por Baidar y Kadan saqueó y quemó Crakovia. Pero cuando pensaban que iba a ser coser y cantar se encontraron con una sorpresa, alrededor de 25.000 soldados bajo el mando de los príncipes polacos y el Duque de Silesia, Enrique II el Piadoso. Este ejército estaba compuesto principalmente de militia christi (caballeros teutónicos, templarios y hospitalarios) y algunos infantes de Alemania y Moravia. Como curiosidad, el 9 de abril el duque cabalgaba saliendo de Liegnitz al encuentro de los mongoles cuando de repente una piedra cayó de la Iglesia de Santa María estando a punto de matarlo, desde luego no era un buen augurio…
Enrique II en un principio esperó la llegada de unos 50.000 refuerzos al mando del rey Wenceslao de Bohemia pero viendo que llegarían antes los mongoles que los refuerzos salió a su paso, les hizo frente en una llanura conocida como Walstadt. Los mongoles ya se encontraban allí. El Duque colocó a sus tropas en cuatro grupos, uno delante del otro con la caballería al frente y la infantería en la retaguardia.
El primer ataque lo realizaron los cristianos lanzando su caballería pero no contaban con los caballos mongoles, más pequeños y rápidos. Rápidamente los mongoles los rodearon y los asetearon con sus flechas, al ver que estaban siendo aniquilados y ante la nula ayuda del resto de grupos se vieron obligados a retirarse.
El segundo y tercer grupo iniciaron un ataque conjunto consiguiendo hacer retirarse a los mongoles de manera desordenada, los cristianos viendo el éxito se lanzaron a por ellos persiguiéndolos por el campo de batalla. Pero una vez más cayeron en la trampa de los mongoles, simplemente estaban utilizando una de sus famosas tácticas, la retirada fingida. Al alargar sus líneas se alejaron de su propia infantería y en cuanto chocaron con las líneas mongolas, la caballería pesada contraatacó por los flancos a los cristianos. Al mismo tiempo la caballería ligera volvió a lanzar sus flechas esta vez sobre los caballos para que los caballeros cristianos vestidos con armaduras al caer al suelo fueran presa fácil, los atacaban con la lanza y los remataban con el sable.
Por si no fuera suficiente, los mongoles crearon una gran polvareda para que los cristianos no se pudieran ver entre ellos y moviéndose ágilmente los aniquilaron casi en su totalidad. Viendo el panorama el Duque Enrique II intentó la huida junto a tres escoltas, pero fueron cayendo uno a uno. Exhausto el caballo del duque, este huyó a pie pero pronto fue capturado, asesinado y decapitado. Su cabeza fue insertada en una lanza y se paseó por las murallas de Liegnitz.
De acuerdo con la costumbre mongola, se cortó una de las orejas a los enemigos muertos para hacer un recuento de las bajas. Se llenaron nueve sacos con unas 20.000 orejas y fueron enviadas a Batu Kahn.
Los habitantes de Liegnitz viendo la amenaza quemaron su ciudad huyendo a la ciudadela pero los mongoles ante la cercanía del ejército de Wenceslao desestimaron atacarla. El rey de Bohemia decidió utilizar una táctica a la defensiva por lo que Baidar y Kadan pudieron dirigirse hacía Hungría para unirse a las tropas de Batu Kahn.